9 may 2020

Crónica del manicomio – El cascabel




La suspensión de las competiciones deportivas, con motivo del intrépido virus-2020, ha impulsado como sustituto un juego general en el que participan miles de compatriotas con un entusiasmo adolescente. El juego se llama ‘Ponle el cascabel al gato’ y arrasa en las redes sociales, en los medios y en la poca calle que disfrutamos.
En esta época de video-juegos frenéticos hemos descubierto, según creo, un sustituto perfecto. Un juego que tiene los mismos alicientes de entretenimiento pero que se practica en espacio real y tiempo concreto. Consiste en aprovechar la incertidumbre sobre la maldad, la resistencia y el alcance de ese semianimal que nos infecta, para sacar pecho y convertirnos cada uno en una suerte de intendente general que subordina al resto. Cada cual se cree con el derecho a vocear y proponer sin vuelta de hoja la solución idónea para evitar la propagación de la enfermedad y la ruina consecuente. Sin embargo, este proceder no cursa de modo directo, sino que sigue la conocida estrategia del tobogán. Se anuncia a grandes gritos, se concreta luego con más peros y reparos de los que cabía esperar, y finalmente se delega su aplicación para que sea otro quien corra el peligro de acercarse al michino y ponerle el cascabel en su lugar. 
En este juego gatuno todo el mundo sabe lo que hay que hacer y todos corrigen airadamente al que ordena y lleva el mando, pero curiosamente, a la hora de la verdad, todos obedecen, olvidan el griterío inicial y corren a cumplir lo que se les dice. Incluso se quejan de que haya incumplidores que, guiados por el aluvión de dudas y críticas que han esparcido, les hayan creído por demás. 
Me dicen que en otros países este juego felino está prohibido o sencillamente no distrae ni despierta ningún atractivo. No creo mucho en estas diferencias nacionales. La presunción de que hacemos gala no me parece una cuestión mediterránea, latina o peninsular, sino un reflejo de la más universal de las realidades humanas: la tontería y la vanidad.
En medio de este juego, hay quien avanza que la pandemia es una buena ocasión para cambiar las cosas y retornar a un viejo ideal. Podemos darlo por bueno, como sucede con cualquier fantasía inesperada, pero para creer en esta posibilidad necesitamos ver que se aborda ya con otros argumentos, otros gestos y hasta otras caras. Y de momento vemos la misma actitud, los mismos nervios y semejante codicia. La medicina antigua valoraba la crisis de un enfermo como una bifurcación donde se elegía el camino de la muerte o el premio de la curación. Las crisis no eran malas en sí mismas. Algunas ayudaban a corregir y a mejorar los defectos. De momento, para orientarnos sobre el resultado final de la nuestra, sólo disponemos del video-juego referido y, salpicado de cuando en cuando, algún ejemplo extraordinario de sensatez y valor.


Fernando Colina
Norte de Castilla
8.5.20




3 comentarios:

  1. Muy buena idea la de colgar los artículos d Colina d los viernes. A seguir así, sin decaer. Se os felicita.

    ResponderEliminar
  2. Òscar Llago Giménez17/5/20, 7:29

    El policía social que llevamos dentro. Mil gracias, Fernando, por seguir compartiendo tus palabras públicamente. Ojalá lleguen lejos. Un abrazo desde València.

    ResponderEliminar
  3. Todavía no puedo creer que no sé por dónde empezar, mi nombre es Juan, tengo 36 años, me diagnosticaron herpes genital, perdí toda esperanza en la vida, pero como cualquier otra, todavía busqué un cura incluso en Internet y ahí es donde conocí al Dr. Ogala. No podía creerlo al principio, pero también mi conmoción después de la administración de sus medicamentos a base de hierbas. Estoy tan feliz de decir que ahora estoy curado. Necesito compartir este milagro. experiencia, así que les digo a todos los demás con enfermedades de herpes genital, por favor, para una vida mejor y un mejor entorno, póngase en contacto con el Dr. Ogala por correo electrónico: ogalasolutiontemple@gmail.com, también puede llamar o WhatsApp +2348052394128

    ResponderEliminar