El nuevo libro de Fernando Colina marca un punto de
inflexión en la literatura que se ocupa del complejo tema de la locura. En un
homenaje a Plutarco, el psiquiatra organiza en veinticuatro capítulos
reflexiones sobre los temas más importantes que conciernen al loco y a la
relación que los profesionales mantenemos con él desde la asistencia en salud
mental y desde la propia sociedad. Así, con títulos como Sobre la distancia, Sobre los
medicamentos o Sobre el arte de no
intervenir, los distintos apartados del texto suponen verdaderas joyas que,
en apenas seis páginas, condensan discusión y posibles conclusiones que el
debate sobre lenguaje en la psicosis, el poder de la psiquiatría o la posición
que el terapeuta adopta frente al paciente, por poner unos ejemplos, suponen para
el lector.
Se trata de un libro a la par complejo y sencillo. La
complejidad reposa, principalmente, en la gran cantidad de conocimientos que
existen detrás de los argumentos, dudas y preguntas que el autor aporta. Fruto
sin duda de su faceta de estudioso pero, por encima de ésta, de su experiencia
asistencial. El trato diario con pacientes de Colina arranca desde las filas
más activistas de la reforma psiquiátrica en Valladolid hace más de treinta
años y, aún hoy, representa la parte más importante de su trabajo. El principio
de libertad del loco, la prudencia en el trato o el respeto por los síntomas
forman parte de un “modo de hacer” profesional que, en Sobre la locura, encuentra sus fundamentos y principios. Estas
líneas argumentales recorren de principio a fin el libro, facilitando su
comprensión y dando sentido global de la obra. Como si se hubiera hecho con un
nuevo hilo tras aquel con el que hilvanaba la psicopatología desde la
melancolía a la paranoia en su anterior obra (Melancolía y paranoia, Síntesis, 2011), Colina cose entre sí los
breves capítulos de su nuevo texto consiguiendo crear un telón de fondo común
que aporta sencillez a su contenido, a la vez que le confiere coherencia
teórica.
No queremos adelantar al lector ninguna de las ideas que el
libro que aquí recomendamos logra transmitir al que se interesa por la clínica
y los problemas del alma. Cabe advertir, sin embargo, que el autor se posiciona
de una forma mucho más clara y, si se nos permite, revolucionaria, que en sus
anteriores obras. Dado que se abandona, al menos en parte, la prioridad de la
discusión psicopatológica para enfocar de cerca el problema del propio loco y,
cómo no, el del propio profesional, las cuestiones que aparecen comprometen de
una manera clara las opiniones del escritor. Así, existen capítulos como Sobre la conciencia de enfermedad, Sobre el poder o Sobre la ternura que se enfrentan directamente con las posiciones
sectarias e ignorantes que muchos profesionales adoptan en función de sus
principios teóricos y supuestos terapéuticos.
Sobre la locura
será un estímulo y una fuente de conocimientos para los ya iniciados en la
literatura asistencial y en el estudio sobre la psicosis, pero será también un
libro que, como ya lo fue El saber
delirante (Síntesis, 2001), se
convertirá en manual de cabecera para los nuevos profesionales o aquellos que
comiencen a adentrarse en esa otra forma de ver y entender (o no-entender) la
locura que, escritores y compañeros como Colina, a tantos nos han enseñado.